En cuanto a la importancia de la nutrición clínica como parte del tratamiento de las mascotas con un diagnóstico crítico, con especial enfoque en la Lipidosis Hepática Felina debido a el grado de incidencia, afectación y mortalidad que impacta a la población felina y que ha representado un reto en la práctica diaria para los profesionales en medicina de pequeños; presentaremos los beneficios del producto Nutralife Intensiv como una alternativa efectiva para la terapéutica nutricional en el paciente crítico.
Anteriormente el manejo nutricional en nuestros pacientes caninos y felinos que requerían manejo intrahospitalario o cuidados críticos, se consideraba un apoyo al tratamiento general, más no una opción terapéutica. Sin embargo, este concepto ha venido cambiando, dado que se ha visto que los grandes periodos de inapetencia o cuadros de desnutrición afectan la supervivencia de las mascotas y empeoran gravemente su pronóstico de manera rápida, por tal razón no debe considerarse un soporte de segundo plano.
Tras varios estudios, se ha demostrado que un manejo nutricional terapéutico adecuado está estrechamente ligado a la recuperación temprana y el alta de pacientes hospitalizados. Un balance nutricional adecuado y oportuno en el paciente crítico, reduce el riesgo de infecciones concomitantes, isquemia, desórdenes gastrointestinales irreversibles y el deterioro multiorgánico, originado por el estrés oxidativo y procesos catabólicos en los pacientes enfermos, que se puede exacerbar por todo lo que implica la estancia prolongada en hospital. Además, el aporte de proteína, energía y farmaconutrientes promueve la rápida reparación de tejidos, mantiene una respuesta inmunológica activa y facilita el metabolismo de los medicamentos haciendo que tengan un efecto más efectivo y seguro, lo que conlleva en conjunto a la recuperación del paciente.
Las dudas más frecuentes a la hora de pensar en el soporte nutricional de los pacientes, son respecto al momento indicado y la vía a utilizar para suplir esta necesidad.
Lo ideal es iniciar el manejo nutricional en situaciones como:
De igual forma si no es clara la situación inicial del paciente, pero se sospecha dificultad para la alimentación o que exista riesgo de desnutrición lo más recomendable es instaurar la terapia nutricional.
Por otro lado, la nutrición enteral debe ser la primera opción a la hora de escoger una vía adecuada, puede ser a través de: sonda nasoesofágica, esofagostomía, gastrostomía o yeyunostomía. Se ha demostrado que esta vía es mucho más eficiente y segura al ser la técnica más cercana a la fisiología natural de alimentación gastrointestinal. De esta forma, logramos que los nutrientes se absorban directamente en la luz intestinal, se evita la atrofia de las vellosidades intestinales y se controla la translocación bacteriana. Logrando así la conservación de la condición corporal del paciente a medida que se reducen las alteraciones metabólicas y el desgaste de tejidos, lo que permite una mejora clínica más rápida.
La nutrición parenteral se debe considerar como segunda opción, si definitivamente la nutrición enteral no es posible. Teniendo en cuenta que esta vía es más costosa y requiere mucha más vigilancia de la preparación intravenosa, debido a que hay mayor riesgo de infección, error en cálculo de requerimientos (hiperglucemia, hiperlipidemia) y posible síndrome de realimentación.
La lipidosis hepática felina es una de las patologías más comunes en gatos, seguida de la Colangiohepatitis. Se estima que un 45% de la población felina ha presentado en un momento de su vida algún grado de lipidosis hepática de origen primario o como consecuencia de una enfermedad subyacente.
Esta patología se presenta por una movilización descontrolada de lípidos hacia el hígado, que se acumulan en los hepatocitos en forma de triglicéridos, saturando este órgano y conllevando a la pérdida de la capacidad metabólica intrahepática con una insuficiencia aguda y de progresión rápida que puede llevar a la muerte del felino.
Esta acumulación de grasa, se ha asociado a periodos prolongados de anorexia y en gatos es presentarse entre las primeras 48-72 horas de inapetencia. Debido a este desbalance nutricional se presenta una disminución proteica y energética abrupta que conlleva a que el organismo movilice las grasas del tejido adiposo al tejido hepático, buscando contrarrestar estas carencias, sin embargo, la persistencia de este proceso es la que desencadena la enfermedad. Adicional a esto, con el déficit proteico que se presenta, el hígado del gato pierde la capacidad de producir lipoproteínas, las cuales son útiles para regular la entrada y salida de lípidos.
En cuanto a la incidencia de esta enfermedad, es más común encontrarla en gatos adultos de mediana a avanzada edad, aunque puede presentarse en cualquier etapa de vida y no hay distinción de sexo o raza. Está claro que, se manifiesta como un síndrome tras periodos prolongados de inapetencia, mala digestión o pérdida de peso progresiva en un periodo corto de tiempo, los cuales son factores muy inespecíficos que pueden cursar con cualquier otra enfermedad. Sin embargo, se ha determinado que en un 85% de los casos existe un factor latente o patologías concomitantes, como: estrés, obesidad, diabetes mellitus, neoplasias, pancreatitis, enteritis, enfermedad renal, trastornos hormonales, entre otros.
Los gatos afectados por esta enfermedad, presentan: depresión, deshidratación, anorexia, vómito, debilidad, pelo hirsuto, ictericia, pérdida progresiva de peso y tialismo. Puede o no haber hepatomegalia, sin presentar dolor a la palpación abdominal, en casos graves la enfermedad evoluciona rápidamente llevando al deterioro de otros órganos vitales por falta de nutrientes y desgaste metabólico, afectando incluso el sistema nervioso central por hiperamonemia, lo que finalmente lleva a un agotamiento de todas las reservas metabólicas y a la muerte del paciente si no se realiza una intervención oportuna.
El pronóstico de estos felinos, es de reservado a malo, dependiendo del diagnóstico e intervención terapéutica temprana. El tratamiento debe basarse en estabilizar al paciente, controlar las alteraciones sistémicas, identificar y combatir la posible causa primaria y fundamentalmente una terapia nutricional agresiva. Para el tratamiento nutricional en estos pacientes, lo ideal es utilizar una sonda nasogástrica o de esofagostomía que permita un aporte equilibrado de nutrientes. Intentar la administración de alimento vía oral forzada, solo fomenta mayor estrés en el paciente empeorando el cuadro clínico. De acuerdo con varios estudios, la dieta que se administra a través de la sonda, debe ser de consistencia líquida, debe proporcionar una alta densidad calórica y proteica, y ajustarse al diámetro de la sonda. La frecuencia de alimentación dependerá del estado del paciente y su evolución.
En resumen, los objetivos del tratamiento nutricional para gatos con lipidosis hepática busca:
Esto se logra, al facilitar en la dieta la concentración de nutrientes necesaria para contrarrestar los efectos de la enfermedad.
Teniendo en cuenta la documentación en cuanto a la importancia de la terapia nutricional para el manejo de la lipidosis hepática felina, presentamos a continuación los beneficios de Nutralife Intensiv polvo como una alternativa novedosa para alimentación de perros y gatos que requieren una asistencia nutricional rápida y eficaz. Es importante mencionar que puede administrarse de manera directa (vía oral), o gracias a su solubilidad en agua, puede ser fácilmente administrado en sonda para nutrición enteral. Por esta razón, este producto resulta ser bastante útil como herramienta nutricional en clínicas veterinarias.
Su presentación en polvo permite una concentración elevada de nutrientes que se ajustan a los requerimientos del paciente crítico. Algunos de los beneficios de los componentes de Nutralife intensiv frente a los gatos con lipidosis hepática son:
Su aporte rico en calorías, se ajusta a los requerimientos de los felinos, siendo las grasas la primera fuente de energía en un paciente en estado catabólico, aportando 5.444,4 Kcal/Kg (teniendo en cuenta que las grasas pueden aportar el doble de la densidad energética requerida para estos pacientes, a diferencia de las proteínas y los carbohidratos, 40%). Esto permite que, el aporte de proteínas sea utilizado para procesos anabólicos y de biosíntesis de aminoácidos, enzimas y más proteínas para aliviar la carga metabólica del hígado.
Además, las dietas hipercalóricas en los pacientes felinos enfermos favorecen la integridad de las membranas por su composición lipídica, a la vez que regulan la producción de citoquinas (IL-1 y FNT) presentes como desencadenantes inflamatorios en procesos críticos.
El estado catabólico que induce la lipidosis hepática en gatos, hace necesario un aporte elevado de proteínas para reactivar los procesos de biosíntesis y evitar el desbalance de nitrógeno que puede conducir a hiperamonemia y posterior intoxicación (tener en cuenta que, si ya se estableció encefalopatía hepática en el gato, este tipo de dietas debe manejarse con mayor precaución). De acuerdo con el Departamento de Ciencias Clínicas de la Escuela Cummings de Medicina Veterinaria de la Universidad de Tufts, los gatos en cuidados intensivos requieren un nivel de proteína que represente entre el 30 al 50 % de las calorías necesarias para su recuperación, adicional a la energía obtenida de las grasas.
Otro punto a tener en cuenta en la suplementación proteica para felinos, es que deben aportar todos los aminoácidos esenciales y proporcionar alta digestibilidad, esto para asegurar su absorción y utilización. Es recomendable, utilizar una dieta de preparación líquida enteral que se adapte al perfil nutricional requerido para perros y gatos, como lo es Nutralife intensiv, a diferencia de dietas para nutrición enteral dirigida a humanos, ya que estos no garantizan el mismo aporte nutricional, especialmente en gatos.
Siendo un tipo de fibra soluble (polisacáridos), favorece el crecimiento de microorganismos benéficos promoviendo la absorción y tránsito intestinal saludable, a la vez que brinda mayor resistencia a infecciones. Por otro lado, el Laboratorio de Nutrición y Regulación Metabólica de la Universidad de Chile, menciona que los beta-glucanos tienen unos beneficios adicionales por su efecto inmunomodulador, y un efecto metabólico que ayuda a reducir las concentraciones plasmáticas de glucosa y colesterol en pacientes enfermos.
Actúan junto con los B-glucanos como prebióticos, que gracias a su actividad selectiva promueven el crecimiento de las bacterias benéficas a nivel intestinal. Además, aportan un efecto protector sistémico al estimular los linfocitos B, T y macrófagos. A su vez disminuyen la absorción de toxinas a nivel intestinal producidas por bacterias patógenas o por el catabolismo excesivo que acompaña las afecciones hepáticas.
Estos aminoácidos esenciales, han demostrado tener un efecto inmunomodulador, permitiendo atrapar radicales libres y reforzando la barrera intestinal, lo que en estados catabólicos inducidos por trastornos hepáticos, reduce el riesgo de infecciones secundarias por translocación bacteriana y permiten una mayor absorción de nutrientes a nivel intestinal, gracias a la protección extra en las vellosidades.
Los ácidos grasos de cadena larga Omega-3: EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), han demostrado tener un efecto antiinflamatorio al facilitar la disminución de la síntesis de mediadores proinflamatorios (COX-2, PGE2, NF-B) y junto con los ácidos grasos Omega-6, han demostrado un rol importante en limitar el avance de inflamaciones sistémicas, crecimiento tumorales y el desarrollo de procesos sépticos.
En varios estudios se ha demostrado que las dietas ricas en Omegas para los pacientes críticos disminuyen hasta en un 50% el riesgo de mortalidad e infecciones secundarias, lo cual permite una recuperación más rápida y por ende una estadía más corta en hospital.
Los gatos también requieren un aporte elevado de vitaminas, las cuales participan en casi todos los procesos metabólicos, principalmente hidrosolubles como: el complejo B; y vitamina A, ya que no son capaces de sintetizar por sí solos este nutriente, por lo cual debe incluirse en la dieta. En periodos prolongados de inapetencias, las reservas de estos nutrientes disminuyen fácilmente incluyendo la vitamina E, necesaria para la defensa ante los radicales libres, que en el caso de los gatos con lipidosis hepática, aumentan, y vitamina K, indispensable para los procesos de coagulación que se ven también alterados porque el hígado no puede producir las proteínas necesarias para la coagulación.
En cuanto a los minerales, el contenido de Zinc que ofrece Nutralife Intensiv ayuda a reforzar la respuesta inmunológica ante el deterioro producido por los radicales libres, apoyando el efecto de los Omegas. Las concentraciones de otros minerales como el magnesio, potasio y fósforo, se encuentran controlados para evitar un efecto “rebote” de electrolitos por el tiempo prolongado de ayuno.
De acuerdo con varios estudios enfocados en la nutrición de pacientes críticos, se ha estimado que la tasa de sobrevivencia en gatos frente a la lipidosis hepática es de hasta un 90%, si se instaura el aporte nutricional adecuado en el momento preciso.
Para concluir, es importante recalcar que la recuperación favorable de los pacientes con lipidosis hepática, está muy ligada a la velocidad con la que logremos implementar un apoyo nutricional terapéutico eficaz y apropiado para satisfacer los requerimientos del paciente felino. Aunque continúan los estudios para establecer la dieta ideal en estos pacientes, lo que sí se ha descubierto es que el aporte elevado de proteínas y grasas juegan un rol primordial para limitar la acumulación de lípidos intrahepática y regulan el balance energético en estos pacientes.