La enfermedad poliquística renal (PKD) es una patología congénita heredable que afecta principalmente a gatos de las razas Persa, Exótico, Británico de pelo corto y sus cruces. Desde el nacimiento de los ejemplares, se van formando pequeños quistes llenos de líquido en sus riñones y van aumentando de tamaño gradualmente hasta llegar a dañar el tejido y causar fallo renal. Los criaderos de las razas mencionadas conocen esta situación y están tratando de no criar más gatos con esta afectación. Continúe leyendo el artículo y conozca más sobre las causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad poliquística renal en gatos.
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La enfermedad poliquística renal, o por sus siglas en inglés, PKD, es causada por una mutación genética autosómica dominante con una prevalencia entre el 37% al 57%. No distingue de sexo, es decir, tanto gatos hembras como machos de razas Persa, Exótica o Británico de pelo corto, pueden padecerla. Fue identificada en los años 60, pero no fue hasta los 90 que se estudió a mayor profundidad.
Según la revisión de bibliografía que hizo Claudio Galleguillos Cruz en su investigación “Estudio epidemiológico de casos de enfermedad renal poliquística en gatos persa”, hay 4 teorías que podrían explicar el origen de esta patología:
No existen signos clínicos específicos que nos den una idea de que se trata de esta enfermedad. Lo único que podemos evidenciar (tardíamente) son signos de falla renal crónica progresiva, resultantes de quistes e infección. Los síntomas más frecuentes que se pueden presentar son polidipsia y poliuria, pérdida de peso, letargo, anorexia, vómitos y dolor abdominal. Sin embargo, estos signos son comunes en otras enfermedades, y pueden presentarse uno, varios o todos en conjunto.
Para asegurarnos de que el paciente felino podría tener enfermedad poliquística renal, debemos realizar una ecografía abdominal, la cual nos puede revelar la presencia de quistes en los riñones.
Hay otra forma de detección de la PKD y es la prueba de reacción en cadena de la polimerasa para la detección de DNA (PCR).
Independientemente de la forma de detección, los gatos con sospechas o confirmados, deben ser monitoreados constantemente a través de ecografías y hacerles exámenes complementarios.
Lamentablemente, no existe una cura definitiva para la enfermedad poliquística renal. El objetivo del tratamiento es ejecutar un manejo paliativo en caja bajo la supervisión de los médicos veterinarios y ralentizar o impedir que se siga desarrollando la enfermedad.
Se les debe brindar a los pacientes afectados consultas regulares para observar su evolución, hacer cambios en la dieta y administrar medicamentos que reduzcan la presión arterial. En casos avanzados, se podría optar por tratamientos de soporte como terapia de fluidos intravenosos y otros enfoques para mantener la salud renal.
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Dado que la enfermedad poliquística renal es hereditaria, es importante informar a los padres de mascotas sobre la responsabilidad de comprar en criaderos confiables. Se recomienda revisar los antecedentes del padre y de la madre de la nueva mascota, asegurarse de que el criador realice pruebas genéticas para detectar la mutación asociada a la PKD y, si en caso tal identifican que un gato posee la enfermedad, optar por la esterilización temprana para evitar la propagación de la patología en la población felina.
Si en consultas es muy común la asistencia de felinos razas Persa, Exóticos o Británicos de pelo corto, explíquele a los padres de mascotas sobre esta enfermedad y la importancia de comprar en criaderos confiables o, por otra parte, incentivar la adopción.
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Referencias
https://www.avepa.org/articulos/Enfermedad%20poliquistica%20renal%20(PKD).html