La ansiedad por separación es uno de los problemas conductuales más consultados en Etología veterinaria con una casuística del 20 al 40% Sherman(2008), la búsqueda de terapias no farmacológicas , con respuesta rápida y sin efectos secundarios en los pacientes , promueve cada vez más el uso de terapias innovadoras como las feromonas las cuales garantizan cambios conductuales con tan solo algunas horas de uso.
La ansiedad por separación se puede definir como una alteración ansiosa que se desarrolla en individuos que no han realizado el desapego, Pegeat (2000), los cuales entran en un estado de respuesta, manifestando así conductas autónomas, comportamientos destructivos, vocalización y eliminación inadecuada, acompañados de signos secundarios a estrés como desórdenes alimentarios (consumo selectivo, consumo en diferentes horarios), pérdida de sueño, lamido acral y signos gastrointestinales.
Estas alteraciones no se encuentran asociadas a o tipificadas por razas aunque, existe evidencia que apunta a que perros de razas criollas pueden ser más propensas a presentar cambios relacionados a la separación, que aquellos de raza pura McCrave(1991), Storengen(2014). Aun con estos indicios es difícil caracterizar que la causa principal de ansiedad por separación sea por raza, pero si se tiene estimado que los perros de raza criolla, tienen una mayor probabilidad de cambio de hogar y esto puede generar una predisposición de padecer ansiedad por separación Butler (2011).
Dentro de los mecanismos etiopatogénicos que hace referencia al origen o causa del desarrollo de la patología, se encuentran involucrados procesos como: períodos en casa solos(propietarios salen a trabajar),cambios de hábitat, viajes, integrantes nuevos en el núcleo familiar o pérdida de alguno de ellos, pocos espacios de juego y poca descarga de energía
Los perros han sido denominados como el mejor amigo del hombre y esto se debe a que son animales muy sociables por naturaleza, lo que induce un deseo de estar siempre en manada y evitar estar la soledad. Según Pageat, cuando los propietarios adoptan un cachorro pasan a ocupar el lugar de la madre natural; cuando este vínculo afectivo logra ser lo suficientemente fuerte, se extiende durante toda la vida y se crea un estado natural de hiperapego, lo cual a futuro puede generar una crisis de ansiedad por separación en caso de que haya ausencia de un individuo con esta condición.
La ansiedad por separación es claramente definida, determinada y limita ciertos comportamientos indeseados, sin embargo, al momento de diagnosticarla se torna algo compleja. Esto se debe a que algunas de las conductas mencionadas pueden no ser causadas por ansiedad Turner (1997). Uno de los ejemplos más comunes, hace referencia a la eliminación inapropiada que puede originarse por un perro con poca educación, un perro con poca estimulación física y mental puede ponerse destructivo, o un perro con falta de control de impulso o escaso entrenamiento básico puede vocalizar de forma excesiva.
Con base a la apreciación de Turner el diagnóstico debe realizarse según la semiología del comportamiento, examen objetivo general y métodos complementarios. El pronóstico puede ser bueno, dependiendo de la severidad de los comportamientos indeseados, momento de presentación, tiempo de evolución, temperamento del paciente y la motivación de los propietarios para realizar un proceso largo y constante.
El objetivo del tratamiento se basa en enseñar a la mascota a mantener la calma y permanecer relajado durante la ausencia del propietario, Horwitz (2006). Las terapias para ansiedad por separación, están divididas en dos partes, la más importante es la modificación de la conducta del perro, seguido de la terapia farmacológica que involucra el uso de benzodiacepinas y antidepresivos, durante periodos prolongados. A la par de este tratamiento, se deben evitar períodos de ausencia y aumentar los espacios de juego. La terapia de cambio de conducta, sigue siendo la herramienta más utilizada, a diferencia de las terapias farmacológicas, ya que que están siendo desplazadas por el uso de productos que no generen efectos secundarios, como las esencias florales y las feromonas de apaciguamiento.
El comportamiento animal es mediado a través de un amplio número de sustancias químicas secretadas llamadas feromonas y liberadas por órganos especializados emitidas en forma de señal, cumpliendo importantes funciones relacionadas con la identificación sexual, la territorialidad, agresividad, orden social y el cuidado materno Heath (2011). De acuerdo con los efectos que producen, las feromonas se dividen en dos grandes grupos: Feromonas cebadoras: producen cambios fisiológicos en el receptor, especialmente cambios neuroendocrinos relacionados con la reproducción, estos cambios no son inmediatos, pero una vez iniciados influyen en la conducta del receptor durante un cierto tiempo, Manteca (2003) y las Feromonas desencadenantes: producen cambios inmediatos y de corta duración en la conducta del receptor, Manteca (2003).
En perros existen seis fuentes principales de feromonas distribuidas desde la nariz a la cola. Estas son: área facial, almohadillas plantares, perianales, genitales, mamarias, urinarias y fecales, Pageat (2003)
Las feromonas de apaciguamiento son una mezcla de ácidos grasos que liberan las glándulas sebáceas de las hembras en el período de lactancia. Generalmente La secreción comienza a los tres o cuatro días de nacida la camada y persiste dos a cinco días después del destete, son detectadas a través del órgano vomeronasal (órgano de Jacobson) en adultos y crías, tienen acción tranquilizadora, e inducen efectos apaciguadores, tanto en perros jóvenes como adultos, bajo una amplia variedad de situaciones de estrés, además, de fortalecer el vínculo madre cachorro.
La feromona de apaciguamiento canina (DAP; Ceva Santé Animarle, Libourne, Francia) es un análogo sintético de la feromona natural de apaciguamiento del perro, Denenberg (2008), que se ha promovido como tratamiento complementario para aliviar condiciones tales como, problemas de comportamiento relacionados con la separación, fobias e hiper-apego, Mills (2005).
Durante más de dos décadas, se han realizado múltiples estudios en cuanto al uso de DAP, tanto como tratamiento preventivo, como de terapia alternativa y de apoyo a diversos trastornos conductuales, principalmente ansiosos y fóbicos. Según la guía de uso realizada por el fabricante, puede ser usado en distintas situaciones: para tranquilizar a cachorros luego de la adopción, facilitar el periodo de socialización y entrenamiento, como una manera de mejorar el bienestar animal, en perros de refugio o en clínicas veterinarias, y como terapia complementaria a trastornos ansiosos en general, la ansiedad por separación y fobias frente a fuegos artificiales o ruidos. Es importante tener claro, que su uso con mayor eficacia se da cuando son utilizadas en combinación con la modificación del medio. La facilidad de aplicación de estas feromonas y la ausencia de efectos secundarios conocidos, representan ventajas significativas de este modo de terapia Heath (2011). Comercialmente están disponibles bajo el nombre de Adaptil® con diversas presentaciones, lo que permite ser administrada en el ambiente de diferentes maneras.